Summary
Fabian poseía una personalidad tan brillante como su cabello, pecas que llenaban su rostro durante todo el año (y no sólo su rostro, se atrevía a añadir siempre con picardía), y el único par de ojos claros de los hermanos Prewett. Pasaba por la más rebelde de las juventudes, y ni el augurio de una guerra inminente era capaz de empañarle los mejores días de su vida.