Summary
Digamos que nadie pensaba que el romance iba a nacer entre el teniente Edward y la deslenguada psicóloga Isabella. Conocer el amor a los 43 años, con hijos adolescentes siendo novios, era un hecho imposible. ¿La cereza del pastel? Una prueba positiva. ¿Tener un bebé a los cuarenta? Quizá una mala idea, o el comienzo de una aventura llena de aprendizajes y esperanzas