Summary
Algunas chicas, principalmente jovencitas enamoradas o niñas pequeñas, duermen con un oso de peluche a su lado, incluso lo hacen con uno entre sus brazos. Mikasa había tenido un osito de peluche cuando había sido una niña inocente, ignorante de la crueldad del mundo; pero ahora, en la casa Jaeger, no tenía ninguno. Ni lo necesitaba.