Luces deprimente, Kougami Shinya. Excesivamente cadavérico, como si estuvieses esperando el estío sólo para dejar tu cuerpo perecer resignado en el vacío.

Bebía, fumaba, callaba, pensaba, y bebía de nuevo en nombre de aquél que hubo partido no hace más de una semana. Recuerdos, tanto vagos como nítidos, sólo recuerdos, eran, después de todo, lo más valioso que podía conservar de él.

¿Teatro? No, de ninguna manera. Según Eren, la actuación no era más que un acto ridículo de bufonería al que ni de broma podría ceder; se vería bastante idiota repitiendo frases que no sentía y reproduciendo acciones que probablemente lamentaría después. AU!Universidad. Ambos tienen la misma edad; uno actúa bien, el otro lo intenta.