Esa chica... Esa chica que día a día, se sentaba hasta el fondo de a clase. Con la espalda recostada contra la pared y sus pies sobre el asiento vacío junto a ella. Con sus ojos de rubíes perdidos a través del cristal de la ventana, mirando si ver...Definitivamente, esa chica era especial. O al menos, lo era para él. (Todos humanos)

Todos escribimos sobre ellos, nos encanta imaginarnos las mas locas escenas y plasmarlas en nuestras amadas historias... Pero ¿Se han preguntado que opinan ellos de las miles de locas ideas que utilizamos?

¿Qué pasaría si algo viviera dentro de ti? Algo malvado, que representa todo aquello negativo en ti, aquellos que jamás dejarías salir y que día a día te esfuerzas por mantener oculto, aprisionado por todas las cadenas que tu mente fuera capaz de crear... ¿Que pasaría si ese algo quiere tomar control en tu cuerpo y reclamar su lugar? ¿Que pasaría si esas cadenas se destruyeran?

Han pasado veinte años. Todo ha cambiado. Solo Tigresa sabe lo que pasó hace tanto tiempo, antes de que Tai Lung fuera llevado a la prisión de shorh-gom. Su vida es perfecta... o eso cree. Porque los recuerdos de aquel que fue mas que un hermano reviven cuando su regreso amenaza con destruir mucho más que al Guerrero Dragón ¿Será Tai Lung solo un mal recuerdo? ¿O ta vez algo más?

—Es una zorra —Murmuraron los gemelos. —Se ve… Amable —Pensó el menor. —¡Joder, me tiré a la novia de papá! —Se lamentó el mayor. Su padre iba a casarse. Pero,tal vez, su madrastra no sería el mayor problema de estos cuatro pandas; Cuatro hermanos; el galán, los pendejos del medio y el tímido. Una hermana, con aparente tendencias lésbicas. El resultado solo ellos lo saben.

Ambos presos de un matrimonio que maldicen con toda su alma, deberán buscar una manera de ser feliz… Y Tigresa la ha encontrado en un apuesto panda de ojos color jade

Solo quiero que ella me recuerde... Solo eso pido. Que recuerde cuanto la amo, que recuerde todos esos momentos juntos, aquellas maravillosas noches, aquellas confesiones al oído. Que recuerde la vida que juntos luchamos por construir. Que recuerde a nuestros hijos. —Recuerdame, Tigresa... Por favor.