Porque todos hacemos uso y abuso de algunos de ellos. Un homenaje al camino del fanficker. Esto es pura parodia.
DEDICADO A LOREDANNA. Fue una boda pequeña, libre, casi sin planificar y con miles de problemas que hicieron que Helga dijera: "¡Pues no me caso!", aunque terminó casándose. Arnold, que la había escuchado decirlo, decidió que tenían que casarse porque Helga tenía la mala costumbre de cumplir sus amenazas; él dijo: "Nos casamos" y casi no se casan.
En la secundaria pública 119 de Hillwood, como en todas las secundarias a lo largo y ancho de Estados Unidos, existen leyes no escritas. Nadie pregunta cuáles son, ni cuánto duran, ni a quiénes se aplican. Uno simplemente sabe. Entras a la secundaria, encuentras tu lugar en la cadena alimenticia y aprendes a sobrevivir.
Duo se fue porque quedarse era dignificar esa respuesta, bastardo. Tomó la moto y paseó rumiando su mal humor incomprensible por las calles de la ciudad. Se hartó de las luces, de la cerveza y de recordar al jodido Heero y a su jodida computadora. Seguro es una filia, seguro Heero es electrónicosexual, desgraciado. YAOI
Diez años de ausencia se habían reducido a un comentario que retumbó en el pasillo. Helga alzó la mirada y se encontró con su sonrisa, con su bronceado inusual, con sus ojos verdes y con sus rizos como doradas hebras de maíz. Era curiosa la manera que tenía la mente de soltar de pronto, como si no quisiera, pedazos de información olvidada.
Primero había llegado Duo, alegando que se le habían acabado los huevos. Heero no entendió cuando Duo agregó inmediatamente: Los que se fríen en la sartén. Lo dejó pasar sin decirle una palabra porque Duo conocía bien su departamento, su cocina y la alacena donde Heero guardaba sus huevos. Los que se fríen, porque aparentemente era algo que uno debía aclarar. [1x2]