Fred se siente frustrado al ver que nadie en su familia parece apoyarlo con su sueño. Sortilegios Weasley era lo más importante para él, y aun así, nadie les tenía mucha fe. O al menos eso pensaba, hasta que una noche encuentra aquello que más necesitaba en la persona más inesperada de todas: Hermione Granger. Quién lo diría, al parecer ambos tenían más en común de lo que parecía.

Cada día, Luna Lovegood dejaba ir sus dibujos desde la torre de Astronomía, esperando compartir su arte con el viento. Mientras tanto, cada día, Harry Potter, deprimido por la muerte de Cedric y el regreso de Voldemort, los recibía.

Nadie podía quitarle a Luna su capacidad para soñar. Después de enterarse que no podría ir al baile de Navidad, Luna decide utilizar un salón abandonado para aprender a bailar por su propia cuenta. No sabía que esto la llevaría a encontrarse con Draco Malfoy, mucho menos sabía que entre dos personalidades tan distintas podría surgir un lazo especial.