Hermione creyó sentirse cómoda con su solitaria independencia hasta que, de un día para otro, se encuentra en un mundo regido por una ley matrimonial que sacudirá todos los cimientos de su vida. Solo una cosa es clara, convertirse en la esposa de Harry Potter nunca formó parte de sus planes.
La respuesta a sus problemas parecía fácil, sin embargo, Hermione nunca contó con que una noche cambiaría su destino. Al besar a Harry Potter entendió que su sentencia estaba firmada. Atreverse a estar juntos no sólo sacrificaría la amistad que durante años juraron era únicamente fraternal, en el proceso, tejería una red de mentiras que no haría más que crecer.
Harry Potter ha sido seleccionado para Slytherin, demostrando ser un honorable miembro de la Casa de las serpientes, hasta que su vida se cruza con la de Hermione Granger, ¿Su único defecto? Pertenecer a Gryffindor. Una sola decisión puede cambiar la vida de muchos, incluso si, de cualquier manera, su destino es encontrarse.
Ron está dispuesto a cambiar su mala suerte, solo para demostrarse a sí mismo que Hermione, la chica a la que ama, puede enamorarse de él. Porque sabe, nadie la amará de la manera en que él lo hace. Al menos, hasta que Harry Potter aparece, demostrándole que, quizás, él puede hacerla más feliz.
Los romances de adolescencia pueden parecer insignificantes, con el recuerdo del suyo todavía persiguiéndolo, Harry no puede estar menos de acuerdo con esto.
Harry puede apostar a que su quinto año se ha arruinado, al menos hasta que Hermione le demuestra que todo es cuestión de perspectiva.
Hermione cree saber como es que el amor funciona y, por supuesto, es lo que siente por Ron. Al menos, hasta que Harry Potter le demuestre cual es exactamente su valor.