Ella siempre había soñado en grande, él había sido demasiado cobarde como para seguir sus pasos. Elsa era la cantante más popular del momento, Hans simplemente podía escucharla a través de la radio mientras se lamentaba acerca del pasado, pero quizá el destino se encargaría de reencontrarlos.

Hannah Westergard trajó consigo problemas, poniendo en riesgo el buen nombre de su familia, por lo cual fue llevada a un internado dónde se encargarían de corregir su comportamiento para encajar en sociedad. Dentro de la institución conoce rápidamente a Elsa Anderson, una chica que como ella fue encerrada allí por tener cierto comportamiento poco adecuado.

No cabía duda que estaba pagando un precio muy alto por un crimen cometido en el pasado; en una de sus vidas más largas. Le había costado resignarse a la idea de que probablemente la única manera en que podría finalmente estar en paz sería salvando la vida de la mujer a quien siglos atrás se la había arrebatado, por más que la idea le desagradase por completo