Viendo en los sueños del chico que vivió, Lord Voldemort cambia de estrategia para ganar la guerra: Esta vez ya no quiere al muchacho muerto, sino a su lado. Ordenando a su espía que le consiga el arma de Dumbledore, Severus Snape tendrá que seducir al chico hacia las artes oscuras. Y, para ello, las hormonas de Harry Potter jugarán el papel más importante.

La naturaleza de Ichigo lo ha convertido en el rey espiritual, pero es esa misma naturaleza lo que está acabando con su mente. Encerrado en el palacio con el nuevo rey, Urahara trata de encontrar una solución para el joven al que le debe más que dejarlo solo, perdido en su locura y con el deber de asegurar la estabilidad de los mundos.

Tras la última Batalla, Harry se entera que Snape no murió en la cabaña pero que ya es tarde para salvarlo. En las reliquias de la muerte encuentra la forma de hacerlo creando también un lazo mágico entre ellos. Con recuerdos de un año que sólo vivió en su mente, Harry buscará tener de nuevo esa conexión con el mago oscuro.