Ahí estaba. Era momento de aceptarlo de una vez. Esta vez, era el reloj de ella el que se quedaba sin tiempo. Oz podía ver como la vida de ella empezaba a ser un doloroso camino al final. Sólo se quedó allí, buscando una forma de re emplazar el dolor con algo más.

En una caminata para hacer las compras del día, en la cual Gil se ve obligado a llevar a Alice consigo, se crea un momento de ánimos para aclarar las cosas. Ya no comparten odio. Es... ¿Amistad?

La persona que ilumino mis días así como así, aun siendo un amor prohibido. Pero seria estúpido dejarle ir. Esperaría al día para ser libre, y poder estar junto a ella. [Hiatus]

Los desastres que se creaban en los pueblos de alrededor dejaban a más de uno devastado. ¿Que seria peor ya? Tal vez mucho, pero también estaba lo mejor, llegar a un lugar, darse el lujo de confiar en los desconocidos y poder llamarles amigos. Oz lo sabia, y más aun, entre tanta gente, esa chica tan molesta que le robaba la atención. Al final ella era una de tantos desconfiados.

Era lo que no podía observar, lo que lograba escuchar, y sobre todo, tocar.

Porque en el tiempo las cosas cambian, también para bien. Y en apenas pocos días, muchísimas situaciones se daban entre manos. Algunas vergonzosas y otras, tal vez no tanto...