Un simple presentimiento, ¿destino, casualidad? Algo les decía que era mas que eso, aunque no tuvieran fundamentos y no fuera mas que una corazonada; conocerse ya estaba escrito y de alguna manera ambos lo sabían.
Te faltó contar el ultimo capitulo, aquel después del final feliz. Ese epilogo que narra la épica desaparición de lo que alguna vez fue la trama, de lo que los protagonistas alguna vez defendieron. '¡Entiéndelo! ¡Hinata es una traidora! ¡Una asesina! ¡Una criminal' Y es aquí donde una nueva historia comienza, aun muy alejada y sin certeza de un final.
Su hermana siempre la admiró, era fuerte, decidida, amable y posiblemente una excelente líder. La diferencia residía en que ella siempre lo supo y ahora, después de que la guerra había acabado Hinata lo estaba demostrando ante el clan y ante todos, ella la apoyaría en lo que fuera, después de todo ya se estaba metiendo en suficientes problemas dentro de su clan.
Todos le temen a los cambios sin significar que estos sean mejores o peores, solamente están ahí, esperando por algo que los mueva o los mantenga. Ninguno es mejor que otro, lo mejor es lo que se decida y cuanto lo hagas valer.
Su maestro se lo había dicho. Las palabras rondaban en su mente persiguiéndolo detrás de cada fracaso, detrás de cada decepción, ¿Que tan ciertas eran sus palabras y que tanto aplicaban en él? Después de todo él ya no era un simple humano.
—No somos novios. —Respondió el rubio. Su voz era calmada, clara y concisa por lo que fácilmente podían intuir que no estaba mintiendo. — ¡N-No somos novios! ¡N-Ni siquiera lo conozco! —Exclamo la ojiperla sonrojándose. Su ligero rubor en las mejillas mas el pequeño tartamudeo de nerviosismo delataba que se encontraba mintiendo. Al final solo ellos dos sabían la verdad.