Sting era todo rayos de sol y sonrisas pero quemaba todo a su alrededor, Rogue era dulce aroma a mandarinas pero marchitaba todo a su paso y Yukino fríos copos de nieve, poco apreciados pero hermosos, blancos y frágiles (me rompo fácil) /
Hibari siempre huele a sangre y sudor, Haru no necesita dos dedos de frente para saber el porqué, además ella huele en si misma el mismo aroma detestable.
Él siempre creyó que aquellos que eran "alguien" sonreían con una sonrisa de oreja a oreja y real, no una rota como la suya, como la de las personas que no eran alguien si no un algo. Un algo que al desaparecer quedaría en el olvido, no como los que eran alguien y serían recordados eternamente.
El camino al infierno es bonito, piensa Ikki.
Siempre andaba por ahí en ropa interior y cuando lo hacía –que era casi siempre- fumaba marihuana u otra cosa rara de esas que Kiba le regalaba y sonreía como si el mundo se terminara mañana y no hubieran más sonrisas que dar.
Es que Natsu –jodido Natsu- se lo llevó consigo cuando la abandonó. Se lo llevó de viaje cuando le dijo "Disculpa, es que yo no te puedo llevar " y se fue, sonriendo como si no comprendiera que su corazón le acompañaría de todas formas.
Sola en este patético mundo donde la marcha de Ultear se había llevado consigo un pedazo de si misma y Jellal se llevaba consigo lo que restaba para dejarla con nada. [Drabble][Alerta de spoiler manga 368]