Hermione se había dicho que no lloraría. No por él.
Hermione, Ginny, Parvati y Lavender están cansadas de las continuas humillaciones de Malfoy y sus secuaces. Cuando descubren que Luna Lovegood ha averiguado accidentalmente la contraseña de la sala común de Slytherin, deciden hacerles una visita nocturna y darles su merecido mientras duermen...pero a raíz de ahí, todo se complica.
— ¿Qué horóscopo es Malfoy?— preguntó Parvati, devolviéndola a la realidad. Hermione alzó la vista para mirarla. — No lo sé, ni me importa. Y no creo en los horóscopos. Pienso que las estrellas no tienen por qué dictar cómo es nuestra personalidad. ¿En serio no os dáis cuenta de los absurdo que es todo esto?
Draco y Blaise quieren demostrarse el uno al otro que no sienten absolutamente nada por Hermione Granger y Ginny Weasley, regalándoles bombones rellenos de filtro amoroso, pero… bajo todo el retorcido plan que han trazado entre los dos, Draco Malfoy oculta otras intenciones.
Primero quiere el beso. Ese en el que sus bocas chocan y se buscan en la oscuridad, el que se ha imaginado cientos de veces cuando se la machaca en el baño pensando en él.
Por culpa de una estúpida discusión, Draco Malfoy y Hermione Granger compiten en un reto para averiguar quién es mejor a la hora de escribir un manual sobre sexo. Lo que Hermione ignora es que Malfoy tiene la misma experiencia sexual que ella, o sea, ninguna.
Más negro que blanco. Un blanco manchado. Teñido con putas mentiras.
Vincent Crabbe vio a Luna Lovegood completamente desnuda. En sus sueños, claro.
— No me digas que t-tú has soñado lo mismo— su voz sonó inestable. Draco se apretó el puente de la nariz, intentando no perder los nervios. — Sí Granger, por desgracia he soñado lo mismo y te aseguro que ha sido horrible salir contigo durante tres noches.
Él la mira confuso. ¿Qué cojones? ¿Qué le pasa a esa loca por la cabeza? — ¿De qué hablas Lunática? ¿Desde cuándo soy el elegido? ¿No se supone que San Potter es el elegido? ¿Has perdido el juicio? Ah, perdón, lo olvidaba. Olvidaba que la cordura es una de tus carencias— le espeta arrastrando las palabras.
— ¿Qué haces Weasley? ¿Esta tarde dejas que te meta mano y ahora te tapas? Por cierto, bonito pijama. Ignoraba que te vistieses así por las noches. — Es que… pensaba que… ¡Vamos, que no eras tú el que estaba aquí! — Vaya, vaya. ¿y quién era el afortunado? — dice con sarcasmo el muy asqueroso— ¿San Potter?
— Granger ¿Es así como comes normalmente? ¿Esa es la educación que te han dado? Aunque he de reconocer que tu progreso a la hora de usar el tenedor es digno de admiración. Será mejor que me envuelva en el mantel antes de que me salpiques.
Lavender siempre ha soñado con ver la tableta de chocolate que oculta Ronald Weasley bajo la camiseta. Está segura de que su Ro-Ro tiene los abdominales perfectos. Una idea de Parvati hace que ambas terminen escondidas en el vestuario de los chicos de Gryffindor después del partido de quidditch, pero lo que Lavender ve allí es algo con lo que no había contado en absoluto.
Harry Potter era gay. Ronald Weasley, un porreta. Víctor Krum, un rapero de pacotilla. ¿Podía haber algo peor en la pesadilla que Draco Malfoy estaba teniendo aquella tarde? Por supuesto que sí. Que la dichosa sangre sucia se hubiese convertido en su hermana y que Blaise Zabini estuviese saliendo con ella.
Draco Malfoy...en estado puro.
Nada de sentir, de besos, de roces, de lenguas calientes o suaves caricias que se deslizan por sus cuerpos desnudos durante la noche.
Como cada año para Draco Malfoy, regresar a esa mierda de colegio fue una auténtico coñazo, así que para apaciguar su frustración decidió castigar a cualquiera que se cruzase en su camino. ¿Por qué? Pues muy sencillo. Por guapo, por rubio y por cabrón.
Kagami se escandaliza al ver una foto de Aomine y él desnudos. ¿Quién se ha dedicado a hacer esos montajes? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Con qué objetivo? ¡Y qué quiere decir eso de bienvenidos al mes Ao/Kaga! Es una pesadilla. ¡Una maldita pesadilla! Aomine/Kagami, Kise/Kasamatsu, Akashi/Furihata, Midorima/Takao, Hanamiya/Teppei, y muchos más...
Kuroko está preocupado por Kagami porque no responde a sus llamadas así que decide ir a su piso para ver si está bien y allí se encuentra con una...sorpresa.
Oha Asa asegura que el signo de Cáncer va a tener muy buena suerte ese fin de semana. Su consejo: 'Una cita y un beso con tu pareja te proporcionarán felicidad y optimismo, provocando que tengas éxito en todo'. Y ahí es donde empieza el problema para Midorima. Él no tiene novia… así que, si realmente quiere alcanzar el éxito, deberá conseguir una. O uno. Depende de cómo se mire.