Desconocido para ella y para todos, cuando su mente pasó a mostrarle cosas que no sabía y que no existían, la carta estaba servida por la nada, a la espera del momento adecuado de acudir para terminar con el calvario de ambos, a veces el destino podría ser una perra.
Fue solo curiosidad que se extendió a cada año. Una figura que todos conocían, pero de la que nadie deseaba hablar. Un conocido, un extraño, un amigo o un desconocido. Nada importaba ahora, solo deseaba poder comprender que había debajo de esa red que no parecía pensante. Ella no buscó una luz guía. Ella buscaba ser esa luz.
Cuando Jeanne Alter y Emiya se detuvieron en una situación fuera de su control, uno agradeció mientras que el otro se enojó. Al abrir los ojos y encontrarse a sí mismos una vez más, no pensaron lo raro que podía ser el mundo después del final. O al menos creyeron que eso era el final... Emiya no lograba entender a esos héroes y Jeanne solo sabía meterse en problemas.
Naruto no esperó mucho a la hora de terminar el conflicto eterno, él no esperó que fuese recompensado, pero mucho menos, esperó el llegar a un lugar con demonios, dragones y demás razas muy distintas a los humanos. Su pensar decayó, su espíritu buscó respuestas, y entonces…llegó al lugar el cual siempre debió pertenecer.
Soñar, la libertad de ver un mundo el cual deseas, un mundo donde se cumplen tus sueños, el sueño de obtener lo que se desea, pero a veces…los sueños son más fuertes que los deseos, Jaune odió en cada instante el haber soñado con tanta fuerza su deseo, al punto de la distorsión. Crossover con Bloodborne.
Kane Himuro no esperó muchas cosas, siempre fue tranquila y vivió una vida monótona. ¿Enterarse de magos y guerras secretas? Kane quería volver a esa vida sin conocimiento, estaba mejor sin saber que sus compañeros eran peligrosos y sin que esa mujer le llamase maestra. ¿Por qué tenia que tener tantos problemas? Eventualmente, Shirou&Kane.