Si había algo que Narcisa Malfoy amaba más que nada, era a su hijo. Por él estaba dispuesto a hacer cualquiera cosa, incluso retar al Señor Oscuro. Después de lo que había pasado con los Potter, Voldemort tuvo que haber aprendido que nunca era bueno subestimar a una bruja. Después de todo, el ministerio no era el único lugar donde estaban guardadas toda las profecías.