Summary
Para Astoria era demasiado duro y cruel entender que los príncipes no existían, que el mundo estaba lleno de cabrones, salvajes e insensibles, como su marido. Y a decir verdad verdad, le costaba más admitir que las princesas tampoco existían, porque ella no era más que una maldita bruja con complejo de Cenicienta, que pronto se volvería una asesina.