Summary
Scorpius tenía ya trece años años, y como cualquier mago que se respetase a si mismo, exigía un poco de independencia a sus padres. Así pues, en aquellas vacaciones de invierno, pese a volver a casa, les pidió a sus progenitores que no lo fueran a recoger a la estación. Se demoró un poco por ir al callejón Diagon, pero al llegar a la mansión, se llevó una sorpresa.