Summary
Seis meses. Es el tiempo en que Shinazugawa Sanemi ha continuado su vida de manera monótona, automática, como una rutina que se sabe de memoria y que comienza a rayar hacia lo aburrido. ¿La razón? La obvia ausencia de quien fue el encargado de voltear su mundo 180 desde que apareció en su vida: Tomioka Giyuu.