Summary
Y la misma le gustaba todas las noches jugar encima de ese lobo. El reloj que cargaba las manos caperucita blanca, ya anunciaba las doce, asimismo esa noche era luna llena. Ese lobo debía estar merodeando por los alrededores, de seguro quería comérsela por completo. Ella sabía muy bien que tarde o temprano el lobo se la comería sin compasión igual que a su hermana gemela.