Saitama sabía que la traición era algo difícil de soportar, pero nunca se imaginó lo doloroso que podría llegar a ser cuando provenía de la persona que amas. Él nunca imaginó que Fubuki le haría algo así.

Genos por fin ha conseguido crear una sustancia que hace dormir a Saitama. Tal y como se esperaba, todos parecen estar felices por ello.

No importa con cuántos chicos intente salir Fubuki, Saitama es el único que consigue hacer latir su corazón. Fubuki ha llegado a la conclusión de que sólo hay dos tipos de hombres: Saitama y todos los demás.

Él es un héroe, su nombre es Saitama y de vez en cuando se aparece en el restaurante en el que trabajas de mesera. Darte cuenta que en verdad te gusta este hombre es lo que te motiva a intentar acercártele, incluso si la interacción más cercana que has tenido con él fue aquella vez que te pidió ayuda para encontrar una papa frita que le faltaba a su plato. (NO es rayita)

Saitama ha caído en un sueño profundo y ninguna cosa lo ha podido despertar, Fubuki está dispuesta a salvarlo a toda costa siguiendo su plan, pero, ¿cómo podrá lograrlo en un mundo donde sólo existen ellos dos? Sin querer, Fubuki termina volviéndose parte del problema.

Saitama siente que cada día es más difícil contenerse y tratar de vivir en paz, su voluntad se debilita ante la duda de si todo su esfuerzo ha valido la pena. Sabe que, en cualquier instante, ante el mínimo toque, él se quebrará y se desbordará destruyendo todo y entonces nadie podrá detenerlo, ni siquiera él mismo.

Como psíquica, Tatsumaki sabe que existen muchas formas en las que las emociones de una persona pueden manifestarse. No importa la forma en la que lo hagan, ellos sólo están ahí siguiéndolos por detrás mientras sueltan molestos maullidos y los vigilan con sus grandes ojos felinos. Fubuki y Saitama no pueden verlos, pero Tatsumaki sí.

Saitama tiene que enfrentarse al hecho de que un huracán va directo a su apartamento. Cuando eso suceda, no quedará nada más que los escombros de lo que alguna vez fue su dichosa y tranquila soledad.

Lidiar con Tatsumaki en la cama no era nada fácil, pero King era ya casi un experto lidiando con el peligro y el miedo a ser asesinado en cualquier instante. (Inspirado en la canción "Poison" de Alice Cooper).

Fubuki siempre se imaginó que el amor de su vida sería un hombre que le demostraría un amor impetuoso, fogoso, dependiente, posesivo, servicial y complaciente. Un hombre al que ella podría tener comiendo de la palma de su mano o bajo sus pies, pero Saitama no era nada de eso.

"Ella sabía muy bien que no podía competir con este hombre. Porque él era un tornado imparable como su hermana, él era un huracán que destruyó sin piedad su nube de ilusiones el primer día que lo conoció, él era ese sol que iluminaba su día y la estrella en la que encontraba consuelo por las noches..." y Fubuki nunca podría compararse con algo como eso. Pero ella aún lo ama.